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La rosa.

Publicado el 13/02/2020.


Desde que se inventaron las comunicaciones, se inventó la violabilidad de las mismas. Desde el momento en que alguien quiere decir algo a alguien de forma remota siempre habría alguien que, con el suficiente interés en leer esos mensajes, hará todo lo posible para controlar lo que otros dicen.

 

Al principio en Roma fueron los oponentes políticos, interesados en los asuntos del gobierno, sobornando mensajeros y obligando dicen, a que se inventase el cifrado, el cifrado César lo llaman que consistía en reemplazar unas letras por otras usando una función matemática.

 

Miento, no fueron los Romanos ni los griegos, probablemente el cifrado y la violabilidad de las comunicaciones tienen que ver con los orígenes de la escritura, ya en lo que ahora es Irán cuando se estaban gestando las primeras escrituras y las primeras mega sociedades, la comunicación, en este caso para informar de transacciones comerciales ya era objetivo de hackers cuyo objetivo era alterar facturas y albaranes y así conseguir robar productos de las cargas mercantiles. Es curioso, es un poco como una piratería informática clásica. Por eso esta sociedad inventó los primeros sistemas de cifrado y seguridad que consistían en bolas de arcilla selladas donde metían la información confidencial, como el tipo de cargamento y la cantidad, la sellaban y la firmaban como se firma ahora un documento criptográfico con un sello de cada mercader único y difícil de replicar.

 

Y así fueron las sociedades evolucionando, con cifrados y contra cifrados, en la edad media con torres y códigos que sólo deberían conocer los leales al reino para ir transmitiendo los mensajes de la corte.

 

Y los sistemas postales fueron evolucionando, y las democracias reaparecieron, y en ellas quedó reflejada la inviolabilidad de las comunicaciones, como en la biblia quedó reflejado que los mercaderes no entrarán al templo.

 

Y como no la violabilidad siguió, y siguió la lucha por poder evitar la interceptación de los mensajes.

 

Los países usaban a los mejores ingenieros para cifrar y para descifrar los mensajes de los demás, incluso las propias empresas e ingenieros eran espías y contra espías de las diferentes naciones.

 

Por otro lado y probablemente desde el principio a alguien se le ocurrió la idea de envenenar a distancia, de hacer daño al oponente de forma remota, y de nuevo las comunicaciones podrían ser usadas.

 

Tal vez a alguien se le ocurrió usar un sistema tal que si se intentaba violar sin ser el verdadero destinatario activase un mecanismo de autodestrucción o de daño al que interviene la comunicación, tal vez se usó algo así en las tumbas egipcias.

 

Sea como sea, después si que se usó el servicio postal para enviar muerte de todo tipo, ántrax y otro tipo de enfermedades, artefactos explosivos fueron el terror en el siglo XX etc. Por cierto me consta que el servicio postal se usa para enviar sin permiso armas biológicas o cepas de virus, bacterias o proteínas entre laboratorios impregnando el papel y haciendo una especie de estenografía biológica. A nivel macroscópico con semillas y esporas.

 

Pero lo peor estaba por llegar, las agencias de inteligencia, saltándose los derechos de inviolabilidad de las comunicaciones y con la complicidad de las grandes empresas que habían copado prácticamente todo el comercio mundial de mercancías tenían una puerta trasera.

 

Cualquier paquete podía ser interceptado durante horas por las agencias de cada país y hacer lo que considerasen con esos paquetes según quien fuera el destinatario. Se usó para infectar con troyanos todo tipo de dispositivos móviles, insertar micrófonos, leer y vigilar a ciudadanos y controlar que consumen.

 

Al final retomaron lo de los asesinatos invisibles y a distancia, cualquier ciudadano podía ser eliminado, solamente había que interceptar uno de estos paquetes y rociarlo con átomos radioactivos, invisibles, incoloros, inoloros. Cuando el remitente abría el paquete se impregnaban de este polvo radioactivo que poco a poco iba mutando células del organismo destinatario, poco a poco, respirándolo, generando un cáncer, tal vez mientras lee un libro, sin que nadie nunca supiera que el origen era cada paquete que recibe, cada carta, cada producto comprado en una tienda online o enviado por alǵun amigo por el servicio postal.

 

A este método lo llamaron, LA ROSA.

13/02/2020
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